Hay quien nos ha preguntado si este año en el D’A 2019 no había película de Marc Ferrer. Los hay que también sospechaban que Marc hacía pelis para poder presentarlas en D’A (no nos parece un mal plan, la verdad). Pero el que es cierto es que Marc Ferrer es un director de culto dentro del cine catalán y es el director de culto por antonomasia del D’A, por donde pasado todas sus películas desde Nos parecía importante (2016). Por eso le propusimos que dirigiera el corto de autor del D’A 2019 y nos ha presentado esta pieza ¡que nos tiene totalmente enamorados! Vitalista, primaveral y pop, Marc Ferrer toma el relevo en esta iniciativa del corto D’A de cineastas como Carla Simón, Albert Serra o Luis López Carrasco.

Estas son las propias palabras del director para describir su corto: «Desde el principio tuve claro que quería contar una historia en 40 segundos, pero me parecía más complicado eso que rodar un largometraje.

Hasta que me topé con La bella durmiente. En ella encontré, sintetizados, todos los temas que creía que debía filmar y que tenían relación con el cine: el sueño, el fuera de campo o la elipsis del resto de la historia, que apela a la imaginación del espectador, el misterio que guardan los personajes en su interior, el paso del tiempo, que se puede apreciar en la longitud de la cabellera de la princesa y en la vegetación que invade la habitación, y la transformación de la realidad en algo mágico en el momento en que las actrices “despiertan”.

Ese despertar es como un renacer, un despertar del cine de su letargo y un despertar también de la primavera, que es cuando se celebra el D’A. Es un momento de celebración, subrayado por la banda sonora, que remite a una alegría de vivir y que siempre me recuerda a Jacques Demy, uno de los referentes principales de esta pieza, junto con Walt Disney, Arrieta, Cocteau o Suspiria de Dario Argento.

Los personajes son interpretados por actrices y actores con los que suelo trabajar. Me gusta cuando un cineasta suele recurrir a su propio star system, es algo que aprecio del cine de Kaurismaki y que me parece muy bonito en él. El rodaje fue para nosotros como nos tomamos el cine, un juego. El príncipe lleva en su mano la espada de la verdad. Para mí es lo más valioso».