Cuando la cineasta Iona Atenea entró a vivir en un piso barcelonés, se encontró los vestigios de unas personas que había vivido antes. Objetos, creaciones y recuerdos que la animaron a hacer una investigación que se convertiría en su nueva película, Los caballos mueren al amanecer, de la que nos explica el proceso de rescate y creación.