El objetivo de este proyecto es crear una colección de piezas audiovisuales que formen una serie de visiones urbanas a través de diferentes cineastas. Ver y analizar el espacio urbano a través de un recorrido de itinerarios personales y autorales, cada uno de los cuales generará una visión diferente de la ciudad.
En lugar de describir la ciudad, estos títulos capturan la teatralidad espontánea de la vida cotidiana y las contradicciones del espacio urbano y su uso. Planteamos esta serie con un tratamiento en forma de diario en primera persona, como un cuaderno de anotaciones en el cual la cineasta recoge sus reflexiones y emociones sobre su ciudad.
Una mirada observacional en la ciudad a través del tratamiento estético personal de cada autora. Cada pieza tiene una mirada diferente, voyerista, poética, irónica… y nos invita a reflexionar sobre temas universales como por ejemplo el tiempo, la cotidianidad, la destrucción o construcción de los espacios, los no-lugares.
Tenemos el antecedente de principios del siglo XX de las City Symphonies, donde el cine aborda la ciudad con una mirada que escruta y proyecta idearios, ya no se trata de reflejar el guion de un escritor, sino de observar y registrar la vida tal como es y solo posteriormente deducir las conclusiones de las observaciones. Y que dieron obras como Manhatta (1921) de Charles Sheeler y Paul Strand, Sólo las horas (1926) de Alberto Cavalcanti, Rain (1929) de Joris Ivens, Rennsynphonie (1928) de Hans Richter, A propósito de Niza (1930) de Jean Vigo o El Duero, trabajo fluvial (1931) de Manoel de Oliveira, y las más conocidas: Berlín, sinfonía de una gran ciudad (1927) de Walter Ruttmann y El hombre de la cámara (1929) de Dziga Vertov.
Este proyecto se inspira más en la corriente de películas de ciudad que nace en los EEUU durante los años 60 y sigue hasta finales del siglo XX, que ofrece descripciones fragmentarias, voluntariamente subjetivas y parciales de la vida ciudadana. Nos referimos a obras como Street, (1952) de Helen Levitt, Scotch Tape (1959-1962) de Jack Smith o The Whirled (1956-1963) de Ken Jacobs. Otro referente importante serían los particulares retratos de ciudades de Jem Cohen. O la singular observación del espacio público que hace Víctor Kossakovsky en Tishe!.
La propuesta para este primer año de proyecto se ha hecho a siete cineastas, que han filmado la ciudad de Barcelona y otras ciudades del área metropolitana. La selección de las siete películas se ha hecho dando simultáneamente la voz a cineastas consolidadas y a emergentes, trabajando en colaboración con el colectivo profesional de Dones Visuals.
– Àngela Martínez
Jefa Servicio Audiovisual CCCB